Belcha y su diván

Se los comenté. Mi hermana Belcha parece estar empotrada en la superficie blandita y amable que hay en casa frente a donde se ven los hombres que corren detrás de la pelota. Acá el argentino, que es mi padre, me dice que es un diván de hierro forjado de Ikea en donde se acuesta Belcha y que la cosa que está enfrente se llama televisor y cuando corren los hombres detrás de la pelota es domingo y lo que hacen es jugar al fútbol. No se, todavía no entiendo lo que quiere decir. A lo que yo iba es que aquí pueden ver a mi hermana Belcha (la negra de la derecha) y a mí (el hermoso de la izquierda). Como se ve en la imagen, mi hermana está relajada, así se pasa casi to er día. Y lo que tiene debajo de su cuello es mi pelota ovalada que me trajo de regalo la madre del argentino, o sea mi abuela que vive en Argentina. Esa pelota es la que más me duró en la vida. Todas las hago mierda pero esa es irrompible. Por suerte nos trajo dos, una para Belcha y otra para mí. Pero son las dos mías. Y para despedirme una cosa, creo que no soy pastor vasco. Ya les diré por qué. Hoy el argentino lo comentó con un amigo suyo que se llama Chema y creo que voy a ser más bien pastor sevillano o como siempre me llamaron papá y mamá: chucho trianero. Soy re guachi guauuuu. Le voy a ladrar al vecino Manolo que lo tengo montado en huevo y la seguimos mañana. Torrente